lunes, 2 de marzo de 2009

Abusos a bordo de algunos cruceros

En algunos cruceros, en este caso puntual hablo del "Armonía" de la MSC, que hacen el viaje a América del Sur a principio y a fin de la temporada en Europa , se producen algunos abusos con respecto de las bebidas que se sirven tanto en la mesa como en la cabinas.
He hecho el viaje en ese buque, saliendo de Génova el 20/11 y llegando a Buenos Aires el 10/12/2009.
Cuando a mi esposa y a mí nos asignaron la mesa, no estuvimos muy conformes porque, si bien ambos andamos por los 70, somos de un espíritu muy jovial y no hubieramos querido estar con gente muy diferente a nosotros. Nadie nos preguntó sobre cuales eran nuestros gustos. Pero igual aceptamos.
Cuando pedimos las bebidas, solicitamos una jarra de agua. Que no había. ¿Porqué? Porque no aconsejaban beber el agua corriente, porque bla, bla, bla. Pedimos entonces un agua mineral San Pellegrino de 3/4 litro, marcada en el menú como de u$s 4,80. Cuando trajeron la botella resultó ser San Benedetto, pero el precio era el mismo, a pesar de que en el menú la botella de 1/2 litro costaba u$s 1,80. De ahí deducimos que esta marca era más barata que la San Pellegrino y que aquella nos debía haber sido cobrada, manteniendo la proporción, a u$s 2,70 como máximo. Ya ahí nos robaban u$s 2,10 por cada botella, independientemente que, aún así, el precio era caro por demás.
En la cabina solicitamos que todos los días nos dejaran una jarra de agua con hielo. No, no se puede, porque el agua, etc. etc. Los mismos argumentos. Finalmente, conseguimos que nos dieran la jarra de agua, porque les presentamos una receta médica en la que constaba que el medicamento debía ser tomado con "agua del grifo".
Pregunto: si el agua del grifo no debía ser consumida, ¿la verdura la lavaban con agua mineral? ¿También los dientes nos los debíamos higienizar con agua mineral? ¿Y los jugos (en polvo)?
Conversando con personas que habían hecho cruceros por el Mediterráneo y por el Mar del Norte, nos aseguraron que siempre pudieron tomar agua del grifo y que en las mesas siempre había una jarra con agua.
Saco la siguiente conclusión: a los "sudacas" nos toman por estúpidos. Yo, por mi parte, nunca volveré a hacer un crucero, sin antes haber preguntado hasta la edad del capitán. Y si no les gusta, que se guarden el boleto.
Pebezeta